Coronavirus: recomendaciones para evitar contagio del COVID-19

Coronavirus: recomendaciones para evitar contagio del COVID-19

De todos los comportamientos que nos diferencian del resto de los animales, uno, en particular, puede ser especialmente problemático durante el brote de una enfermedad.

Los seres humanos somos la única especie que nos tocamos la cara sin siquiera notarlo.

Y esto ayuda a que se propaguen padecimientos como el provocado por el nuevo coronavirus (COVID-19).

Un estudio de 2015 basado en observaciones de estudiantes de medicina en Australia descubrió que incluso ellos no podían parar. Es posible que los estudiantes de medicina tengan más conciencia que el resto sobre los riesgos, pero aún así se tocaron la cara al menos 23 veces por hora, incluyendo el contacto frecuente con la boca, la nariz y los ojos.

Organismos de salud pública y profesionales, incluidos la Organización Mundial de la Salud (OMS), dicen que esta "fiesta del tacto" es peligrosa.

Las recomendaciones en torno al COVID-19 enfatizan que mantener las manos lejos nuestro rostro es tan importante como lavárnoslas.

¿Qué podemos hacer?

¿Pero qué medidas podemos implementar para al menos reducir la frecuencia con la que nos tocamos la cara?

Michael Hallsworth, investigador del comportamiento y profesor de la Universidad de Columbia, en EE.UU., explica que es extremadamente difícil tomar medidas al respecto en la práctica.

Decirle a la gente que deje de hacer algo que hace de forma inconsciente es un problema clásico", le dice a la BBC Hallsworth, quien trabajó como asesor de políticas gubernamentales en Reino Unido.

"Es mucho más fácil que la gente se lave las manos más seguido que que se toque la cara menos veces. No tendrás éxito si les dices a alguien simplemente 'no hagas un gesto inconsciente'".

No obstante, Hallsworth, cree que hay ciertas técnicas que pueden ayudar. Uno de ellos es tratar de ser más consciente de con qué frecuencia te tocas la cara. "Cuando es una necesidad física como cuando nos pica, por ejemplo, podemos construir un comportamiento alternativo", afirma. "Podemos usar el dorso del brazo. Reduces el riesgo, aunque no sea una solución ideal".

Identificar los disparadores

El experto en comportamiento también recomienda que tratemos de entender por qué nos tocamos. "Si reconocemos las situaciones que disparan este comportamiento, podemos actuar en función de ellas", explica Hallsworth.

"La gente que se toca los ojos puede usar lentes de sol. O sentarse sobre sus manos cuando sienten que están por tocarse". También podemos recurrir a métodos para mantener las manos ocupadas —fidget spinners o pelotas para aliviar el estrés, por ejemplo— sobre todo en aquellos momentos en que nuestras manos no tienen nada que hacer. Pero estos tienen que se desinfectados con frecuencia.

"Si alguien sabe que tiene un comportamiento compulsivo, puede pedirle a sus amigos o familiares que le adviertan (que se están tocando la cara)", sugiere el experto.

¿Y qué tal usar un par de guantes para acordarnos? Mala idea, a menos que los cambies y los laves regularmente como tus manos. Sino también serán una superficie contaminada.

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Puedes visitar la publicación original desde la que se obtuvo la información aquí.


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